Entonces, yo ya la tenía identificada porque era amiga de mi amiga. La saludaba cuando me cruzaba en algún momento, ya sea en la casa de mi abuela o en la calle. Después la perdía de vista. Ella pasaba esos días de festejo acompañada por su amiga. Yo veía a Verónica, únicamente, en la Fiesta de la Abuela, pero nunca he hablado con ella sino que solamente la saludaba. Una vez me voy a la casa de una amiga en Rosario, y ahí estaba Verónica. También era amiga de mi amiga de Rosario. Esa fue la primera vez que tuvimos la posibilidad de charlar. Ahí me entero que ella estaba soltera y que, incluso, se había peleado con la persona que estaba de novio. A mí, ella, siempre me ha gustado físicamente. Entonces, ese hecho de que yo sepa que era soltera, y que estaba sola en ese momento, ha hecho como para que apunte para ahí".
"Después de un tiempo, cuando estaba presentando mi disco "El Baile", en La Trastienda (Buenos Aires), mi amiga de Rosario fue al concierto y la llevó a Verónica. En esa oportunidad, hemos salido a tomar algo. Después, nos hemos encontrado en un bar de Santa Fe y Callao (Buenos Aires), también para tomar algo. Tiempo después, a mí me salió una actuación en Córdoba, donde ella estaba viviendo. Yo he tocado en La Falda, la invité, ella fue y, entonces, a partir de ahí hemos empezado, por lo menos, a actuar como una pareja que recién empieza. Ha sido ahí, en ese viaje que hice a La Falda". "Comenzamos a salir y, de a poquito, han ido ocurriendo cosas que me han ido gustando. Ella vivía sola en Córdoba. Yo, por ahí, terminaba una gira y si andaba cerca de Córdoba me iba y estaba en su casa, paraba en su casa. De entrada nomás me ha gustado porque yo, en esa época, andaba pintando y a ella le gustaba mucho la pintura. Hemos comprado una bastidores y unos óleos en Córdoba y, en su casa, pintábamos, tomábamos mate y tocábamos la guitarra. Era esa cosa linda de compartir. De a poquito me ha ido gustando cada vez más hasta que llegó un momento en que ella ya venía a mi casa en Buenos Aires".
La mudanza, la casa, los hijos
"Un poco antes del año de habernos conocido y de empezar a salir, le he dicho que se venga a vivir a Buenos Aires. Ella aceptó e hizo la mudanza desde Córdoba a Buenos Aires para instalarse en mi casa. A partir de ahí, si se quiere, he comenzado a trabajar con su presencia, y con su visión también, en la casa y en construir un lugar para los dos".
"Hasta ese momento, mi casa era la quinta de Peteco en donde se jugaba a la pelota y todo era como un lugar de paso para joder. Hasta yo mismo me situaba en esa posición. Cuando ella llegó le puso ese calor de hogar, la mano femenina, la mano de la mujer que le gusta tener una casa tranquila, donde la convivencia es íntima. Eso lo logramos entre los dos".
"Después, la llegada de los chicos. La llegada de los chicos ha sido fundamental. También, en eso, ella ha tenido mucho que ver porque lo ha buscado y me hecho entusiasmar a mí también. Y, finalmente, hemos sido papá de Benicio y de María, una bendición para nosotros. La llegada de los hijos ha consolidado todo ese proceso de convivencia porque, de pronto, hemos visto que hemos armado un núcleo familiar que es la máxima creación que puede llegar a aspirar dos personas. Si miro para atrás, las que han sido (sus parejas) con hijos, como Claudia (Cárpena), llegó Homero y con Úrsula llegó Juan (el que inspiró "La Estrella Azul"), siempre van a estar como cosa de máxima importancia en mi vida".
"Y Verónica supo ensamblar completamente a los hijos. Primero, ella es de Córdoba, espíritu provinciano quiero decir. Después, al llegar los chicos todo se hace más familiar. Ya, los abuelos se compenetran de otra forma".